Este sábado 3 de mayo, en más de 300 ciudades alrededor del mundo, se llevó a cabo, por un año más, la ya tradicional marcha por la legalización de la marihuana. En Medellín, probablemente la ciudad con más consumidores en Colombia y con más propuestas de debate sobre el tema, y desde donde se lideran estas acciones en el país, fue todo un éxito, con una jornada que afortunadamente no se vio opacada por la lluvia como en años anteriores.
¿Y qué es lo que pide ese montón de gente que camina lentamente por las calles mientras consume marihuana en varias presentaciones? ¿Qué es lo que hace que gente de todos los colores, estratos, edades y ocupaciones caminen juntos durante horas un sábado en la tarde? Son varios los objetivos que estas actividades persiguen, siendo el principal, obviamente, luchar contra la prohibición de las drogas, señalar sus fallas, sus contradicciones, sus múltiples erratas. Ya se ha convertido casi en un lugar común defender la legalización, en especial de la yerba, usando como argumento su bajo peligro comparado con drogas incluso legales, pero lastimosamente este lugar común no ha dado paso al sentido común (salvo en algunos pocos lugares del planeta), y seguimos sumidos en una guerra declarada por otros , cuyas consecuencias han pagado sobretodo aquellos que no la declararon ni la desearon; como suele suceder con las guerras.
La marcha en Medellín se llevó a cabo en casi total tranquilidad, sin policía cerca, con una ciudadanía que sabe bien que no se puede esconder la cantidad de consumidores que en ella habitan, y que por esto mismo se ha alejado relativamente de los ridículas etiquetas que suelen pesar sobre ellos. La policía recomendó incluso no llevar más de 20 gramos (dosis personal) a la actividad, lo que significa tácitamente que estaban diciendo "Tranquilos, fumen, eso está permitido" y es que de facto, el consumo ya es legal en Colombia, por lo que no se entiende como se siguen despilfarrando enormes cantidades de dinero y esfuerzo en una batalla que ya se dio por perdida. ¿Será que somos incapaces de sacar los frutos que la oportunidad nos pide aprovechar? ¿Será que no somos capaces de regularla, de hacer un proceso similar al uruguayo? ¿Será que no podríamos aprovechar los gigantescos beneficios fiscales que la regulación traería para brindar una mejor información, prevención y tratamiento a los usuarios de drogas? ¿Será que preferirán, los que deciden y los que ayudamos a elegir a los que deciden, seguir repitiendo una fórmula que solo lleva al fracaso?
Ojalá entonces que todo este escándalo, todos estos carnavales, logren sus objetivos y se siga visibilizando este problema como ha venido pasando a lo largo de los últimos años, que la calidad de los debates siga mejorando y que se pueda cambiar de paradigma hacia uno que no afecte a la mayoría y no sirva como excusa para gastar un presupuesto que no ha sido destinado a ideas bien fundadas. También es importante mencionar que en los objetivos de la actividad, además de defender el derecho a consumir por recrearse, también se hace un llamado a dejar a un lado nuestros prejuicios con esta planta y encarar objetivamente sus propiedades con miras a determinar cuáles son benéficas para la sociedad en diversos aspectos como la salud y la industria.
La de Medellín es la primera de las marchas en Colombia este año, ya que la idea se ha regado ya a otras ciudades del país, y en este mes veremos actividades similares en ciudades como Bogotá (17 y 18 de mayo), Cali (9 de mayo), Pereira ( 10 de mayo), Ibagué (16 de mayo), entre otras.
Por último, quisiera invitar, a los que se encuentran en la ciudad de Medellín, a la conferencia del prestigioso filósofo español Antonio Escohotado, un gurú en materia de drogas, que en su ya clásico y momumental tratado Historia general de las drogas, explica el fracaso de la prohibición y cómo las drogas, aunque con prevención, pueden ser asumidas de forma positiva por la sociedad. Su conferencia se titula "¿Por qué todas las cruzadas fallan? La prohibición como ejemplo" y se llevará a cabo este lunes 5 de mayo en el Teatro Camilo Torres de la Universidad de Antioquia.
Este respiro que nos da la Policía una ves al año demuestra que los consumidores de Marihuana somos personas calmadas, que solo queremos la legalización, que nos den sitios donde nos podamos reunir a fumarnos un baretico con la tranquilidad de que no nos lleguen a reprimirnos como ya muchas veces me ha pasado, esta marcha del 3 de Mayo demostró una vez más el buen comportamiento de años anteriores a comparación de la ya tradicional marcha del 1 de Mayo.
ResponderEliminarLA CAGO MEDELLIN CON ESA MANA DE MARIGUANEROS PILLOS Y VALIJAS....ÑERAMENTA EN PASTA DEL PARQUE DEL PERIODISTA Y DEL BARRIO ANTIOQUIA QUE NO HACEN SINO COLOCAR A MEDELLIN COMO LAS VEGAS COLOMBIANA....LA CAPITAL DE LAS PUTAS ,EL VICIO Y EL TURISMO SEXUAL...QUE DECADENCIA LLAVE
ResponderEliminarUsted sigue repitiendo los estereotipos que precisamente combato. Qué tristeza, llave :/
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