martes, 29 de mayo de 2012

Los sonidos del universo (TED 2)


Nos hemos acostumbrado a las imágenes y representaciones artísticas en lo referente a los objetos y situaciones astronómicas, ¿pero qué tanto sabemos de sus sonidos? De hecho, como señala la autora de este video, muchas personas asocian el espacio con el silencio , pero la historia de la astronomía está relacionada tanto con ver como con escuchar. La radioastronomía se ha encargado de traducir la información de las ondas de radio que emiten los diferentes astros y de esta manera ha podido comprender algunos aspectos del universo.

 Los que hayan visto la película Contacto basada en la novela de Carl Sagan, quizá la recuerden al escuchar los sonidos que producen los pulsares tras cada rotación. Excelente video para conocer algunos logros de la astronomía a través de su historia  y entender una de las maneras en que la ciencia extrae información de la extensión de nuestros sentidos.


"La artista-técnica Honor Harger escucha los ruidos extraños y maravillosos de las estrellas, los planetas y los pulsares. En su trabajo, sigue el rastro de las ondas de radio emitidas por antiguos cuerpos celestes y los convierte en sonido, incluyendo "la canción más vieja que jamás escucharán", el sonido de los rayos cósmicos que dejó el Big Bang."


http://www.ted.com/talks/lang/es/honor_harger_a_history_of_the_universe_in_sound.html


domingo, 27 de mayo de 2012

Javier Krahe, cerca de la "hoguera".

Javier Krahe es un genial cantautor español muy poco reconocido en América Latina a pesar de haber  grabado el álbum  "La Mandrágora" con el relativamente afamado y genial Joaquín Sabina (que en aquella época, entre finales de los 70's e inicios de los 80's era poco más que un desconocido).
Pues resulta que Krahe será juzgado hoy por un supuesto delito contra los sentimientos religiosos, imaginense, existen ese tipo de delitos. Quien demanda, el centro Tomas Moro- que tiene el laicismo en los talones- asume que es una afrenta contra la libertad religiosa, como si existiese el derecho a no ser ofendido, y como si además, la Iglesia católica no nos ofendiese durante cada segundo de su existencia. El problema se originó por este video que Krahe realizó en 1978 y que fue emitido en el 2004 por el Canal Plus:




Espero que salga ileso de este juicio y que como piensa la defensa de  la productora, este sea el último juicio por motivos religiosos que se celebre en España, no digo que en el mundo para no pecar de cándido. Sería bueno, que como él, más personas prefirieran "caminar con una duda, que con un mal axioma". 
Los dejo con su encantadora ironía. Ojalá y logre alejarse de la hoguera:

Es un asunto muy delicado
el de la pena capital,
porque además del condenado,
juega el gusto de cada cual.
Empalamiento, lapidamiento,
inmersión, crucifixión,
desuello, descuartizamiento,
todas son dignas de admiración.

Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.

Sé que han probado su eficacia
los cartuchos del pelotón;
la guinda del tiro de gracia
es exclusiva del paredón.
La guillotina, por supuesto,
posee el chic de lo francés,
la cabeza que cae en el cesto,
ojos y lengua de través.

Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.

No tengo elogios suficientes
para la cámara de gas,
que para grandes contingentes
ha demostrado ser el as.
Ni negaré que el balanceo
de la horca un hallazgo es,
ni lo que se estira el reo
cuando lo lastran por los pies.

Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.

Sacudir con corriente alterna
reconozco que no está mal:
la silla eléctrica es moderna,
americana, funcional.
Y sé que iba de maravilla
nuestro castizo garrote vil
par ajustarle la golilla
al pescuezo más incivil.

Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera. 

sábado, 26 de mayo de 2012

Lo que no nos dicen los relativistas culturales (1)- Trato a los ancianos

Los relativistas culturales abundan, nos los encontramos en el metro, en los parques y ni hablar en las universidades. Sin embargo, muy a pesar de su abundancia , no he podido estar de acuerdo con una sola de las ideas que han propuesto y mucho menos con los argumentos que han erigido en su defensa. De hecho, es evidente que muchos de ellos ni siquiera se han preocupado por pensar, y van soltando sus ataques antioccidentalistas, antirracionalistas y antiprogresistas sin preocuparse por la validez de sus premisas, y haciendo uso de innumerables falacias lógicas. Por eso he decidido dedicar otra sección de este espacio a dar mis opiniones sobre sus ideas y argumentos, no sólo para debatir con quienes crean válidas estas opiniones , sino para mostrar, en los casos que así considere, sus vacíos y contradicciones. 
Empecemos, entonces, a ver lo que no nos dicen los relativistas culturales:

Trato a los ancianos

Hace aproximadamente un mes, hubo una reunión informal en un espacio al aire libre de mi facultad llamada "la minga del pensamiento". La curiosidad me hizo asistir y ser espectador -ya que debido a los rituales y demás cosas que realizaron, se me tornó innecesario e hipócrita participar como los demás-. En  la primera actividad de la reunión, cogidos de la mano alrededor de una llave de Mandala, uno a uno los participantes iban dándole las gracias a lo que ellos consideraban pertinente, llamando en más de una ocasión mi atención con cosas como: "Yo quiero agradecer a los presos y presas políticos y políticas colombianos y colombianas" (sin comentarios, por ahora),  también se hizo presente la típica crítica indigenista- que "olvida" convenientemente el imperialismo evidente de mayas y aztecas-, pero la que más indigestión me causó, sobretodo por ser relativamente poco usual, fue la siguiente: "Quiero agradecer a los ancianos por todo lo que nos dan y por el esfuerzo que brindan para mejorar la sociedad (todo bien hasta aquí), y quiero hacerlo por el maltrato que OCCIDENTE siempre les ha dado y por la forma en que LA SOCIEDAD OCCIDENTAL decide su final, y deberíamos mirar la forma en que otras SOCIEDADES NO OCCIDENTALES los tratan". Para ellos todo lo malo viene de Occidente y sobre lo bueno ni una palabra: no agradecieron ni al arte occidental, ni a la ciencia, ni a la tecnología que deriva de ella, ni a la democracia, ni siquiera a la moda occidental ;  pero tranquilos muchachos, si cambian de perspectiva,  estamos al oriente de Oriente. 

Aunque estamos acostumbrados a los antioccidentalistas sin argumentos, esto  me pareció el colmo de la desinformación y la tergiversación. Primero quiero empezar señalando esa forma sin sentido de dividir el mundo en occidentales y no occidentales, como si la validez de una idea dependiese de su lugar de origen (ay, los posmodernistas) división que además niega la unidad del género humano y de su historia. Por otra parte quiero recalcar la evidente contradicción en que caen quienes apoyan esta postura, y es la de criticar a Occidente con una de las tradiciones más occidentales: el irracionalismo antioccidental.

En fin, después de terminada la ceremonia pude realizar mis críticas, y los argumentos que usé en contra de quién dijo lo de los ancianos están ya  en este fragmento del maravilloso libro de Juan José Sebreli "El asedio de la modernidad. Crítica del relativismo cultural. 1991":

"Otro rasgo peculiar de la identidad cultural de ciertos pueblos es el trato dado a los viejos. Al respecto, también los etnólogos brindan una documentación impresionante. En gran número de sociedades primitivas se practica el asesinato ritual de los viejos. Entre los shilluks del Nilo Blanco, los jefes ancianos son matados al primer síntoma de debilidad. Entre los dinka, en el sur de Sudán, algunos viejos que tuvieron un rol importante son enterrados vivos en una ceremonia ritual. Los koryak, de Siberia del Norte, matan a los viejos en presencia de toda la comunidad después de complicadas ceremonias. Otra tribu siberiana, los chukchee, estrangulan  a los viejos con un anillo en una gran fiesta donde se bebe, se canta, se baila y se toca el tambor. Entre los indios hopik, entre los creek, y entre los bosquimanos de África del Sur, la costumbre es conduciar al viejo a una cabaña construida especialmente, dejarle un poco de agua y comida y abandonarlo. Entre los esquimales, se pide a los viejos que vayan a acostarse en la nieve a esperar la muerte, o en el curso de una expedición de pesca se los olvida sobre un banco de hielo, o se los encierra en un iglú, donde mueren de frío. Entre los ojibwa del norte, pieles rojas que viven cerca del lago Winnipeg, los hijos matan de un golpe de hacha a los padres viejos, en medio de una fiesta donde se canta y se baila. En las islas Trobriand, en Polinesia, los adultos comen a los viejos creyendo asimilar de ese modo su sabiduría. Entre los indios del Gran Chaco- choratis, matacos, tobas, chanés- se mata a los viejos de un flechazo en el corazón y se quema el cadáver. Nada de esto nos cuentan, por supuesto, los antropólogos enamorados del buen salvaje o los generosos defensores de la identidad cultural". 

Yo, en cambio, trataré de seguirles contando lo que ellos no nos cuentan.



lunes, 21 de mayo de 2012

Yo soy mi conectoma (TED 1)

Sé que TED es una página famosa, pero yo lastimosamente solo pude conocerla hace aproximadamente un año. Desde entonces, cada que puedo y me acuerdo me paso por allí y busco algunos videos que me interesen.

Así que decidí separar una pequeña sección de este espacio para recomendarles los que más me han gustado, este es el primero de ellos, que me pareció asombroso por todas las posibilidades que abre y el manejo de la definición del "yo" en contraposición al determinismo genético. Espero que lo disfruten:


"Sebastian Seung está trazando un nuevo modelo tremendamente ambicioso del cerebro que se centra en las conexiones interneuronales. Él lo llama "conectoma" y es tan individual como nuestro genoma y entenderlo podría abrir una nueva manera de entender nuestro cerebro y nuestra mente".



domingo, 20 de mayo de 2012

Stephen Jay Gould: un imprescindible


Yo, como muchas otras personas alrededor del mundo, no he realizado mi acercamiento a la ciencia leyendo de forma directa sus estudios y conclusiones, sino a través de sus divulgadores. Quizás por ésto sea obvio que una buena cantidad de las personas que admiro profundamente, hayan dedicado parte de su tiempo a esta compleja labor: llevar de manera adecuada a un público relativamente general los avances científicos, sus implicaciones sociales, y los debates que se presentan en el seno de la comunidad científica. Dentro de este grupo de personas hay algunos que son obvios: Carl Sagan, Isaac Asimov, Stephen Hawking y Richard Dawkins. Pero hay otro que al menos a mí se me antoja imprescindible: Stephen Jay Gould, cuya muerte sucedió hace exactamente 10 años.

Es cierto que goza de reconocimiento en Estados Unidos y algunos otros países, pero no sucede lo mismo en Colombia, y fueron Los Simpsons los que me hicieron notarlo.


¿Recuerdan este capítulo?

En una excavación en una pequeña montaña de Springfield encuentran el supuesto fósil de un ángel. La gran mayoría de la gente cree que éste prueba la existencia de los ángeles, a excepción de Lisa que piensa que debe ser un fraude. La comunidad crea un movimiento anticiencia argumentando que ésta "es una bocaza que te arruina la película contándote el final". Al final, un paleontólogo prueba que el ángel es un fraude ideado con motivos comerciales. Pues sí, ese paleontólogo era Stephen Jay Gould.

Gould fue un biólogo evolutivo, paleontólogo, divulgador de la ciencia, y según el historiador Ronald Numbers uno de los dos historiadores de la ciencia más influyentes del siglo XX, después de Thomas Kuhn. Fue además un escritor prolífico, dejando como resultado unos 479 documentos científicos (papers), 22 libros, 300 ensayos y 101 reseñas.

En el ámbito de la biología evolutiva es conocido como un gran admirador del trabajo de Charles Darwin, pero que no se encuentra alineado con los llamados neodarwinistas, con los que tuvo innumerables polémicas. Por ejemplo, Gould fue un ferviente crítico del gradualismo, del seleccionismo estricto, de la sociobiología y la psicología evolucionista, sosteniendo "belicosos" debates con algunos de sus principales defensores: Steven Pinker, Richard Dawkins, Edward O. Wilson, Daniel Dennet y John Maynard Smith.

Su crítica a la sociobiología se sustentaba en la ausencia de pruebas en su apoyo, así como en el énfasis en la no universalidad del programa adaptacionista (que supone todo cambio como adaptativo).Sin embargo, él no negaba la importancia de la biología en la naturaleza humana, simplemente puso el debate en términos de potencialidad vs  determinismo. Dijo, por ejemplo, que la flexibilidad del cerebro humano "nos permite ser agresivos o tranquilos, dominantes o sumisos, rencorosos o generosos [...] La violencia, el sexismo y la maldad generalizada son biológicos, ya que representan un subconjunto de un posible rango de comportamientos. Pero la paz, la igualdad y la bondad son igual de biológicos —y podríamos ver aumentada su influencia si podemos crear estructuras sociales que les permitan prosperar".

Además de sus libros divulgativos, escribió dos técnicos: Ontogenia y filogenia en 1978 - campo en el cual hizo importantes contribuciones - y La estructura de la teoría evolutiva en 2002 . Su aporte más significativo a la teoría evolutiva fue el realizado junto a su amigo Niles Eldredge: la teoría del equilibrio puntuado o saltacionismo. Dicha teoría dice que gran parte de los cambios evolutivos se dan de manera abrupta en un corto periodo de tiempo geológico, mientas que en la mayor parte del tiempo es ocupada por periodos de relativa estabilidad, contraria a la visión ultragradualista sostenida por algunos neodarwinistas (y siendo contrario también al mismo Darwin en este aspecto). Su trabajo empirico, por otra parte, fue llevado a cabo sobretodo con caracoles terrestres de los géneros Poecilozonites y Cerion.

Se opuso al "adaptacionismo panglossiano" argumentando que "la evolución era un resultado tanto de fuerzas selectivas como de fuerzas aleatorias y que las características podrían ser los subproductos físicos de la selección para otros rasgos".

 Otra de sus polémicas radicaba en su visión de la teoría de la evolución como jerárquica, que generaliza la biología evolutiva a otros individuos evolutivos tales como genes,  linajes celulares, grupos de organismos e incluso clados. Extendiendo así el dominio de la teoría evolutiva a las complejas interacciones de estos niveles.

Como paleontólogo dedicó parte de su tiempo al estudio de los fósiles del Cámbrico encontrados en una famosa localidad llamada Burgess Shale.  Señalando siempre la diferencia entre la unicidad de la historia (contingencia) y las leyes naturales, en fragmentos como:

Si Pikaia no sobrevive (…), somos barridos de la historia futura: todos nosotros, desde el tiburón al petirrojo y al orangután (…). Y así, si usted quiere formular la pregunta de todos los tiempos (¿por qué existen los seres humanos?), una parte principal de la respuesta (…) debe ser: «Porque Pikaia sobrevivió a la diezmación de Burgess Shale». Esta respuesta no menciona ni una sola ley de la naturaleza; no incorpora afirmación alguna sobre rutas evolutivas previsibles, ningún cálculo de probabilidades basado en reglas generales de anatomía o de ecología. La supervivencia de Pikaia fue una contingencia de la «simple historia». No creo que se pueda dar una respuesta «superior», y no puedo imaginar que ninguna resolución pueda ser más fascinante. Somos la progenie de la historia, y debemos establecer nuestros propios caminos en el más diverso e interesante de los universos concebibles: un universo indiferente a nuestro sufrimiento y que, por lo tanto, nos ofrece la máxima libertad para prosperar, o para fracasar, de la manera que nosotros mismos elijamos

Gould, con su prosa encantadora y sus referencias eruditas, trató de llevar al público general su visión de la teoría evolutiva, y de hecho, siempre defendió el valor de la popularización de la ciencia como una actividad necesaria,  que además podría ser llevada a cabo por un científico de primer nivel. Sus críticos frecuentemente usaron  su erudición como un ataque, haciéndolo ver como alguien que desplegaba con frecuencia su conocimiento como argumento de autoridad, para descrestar, como dirían algunos. Sin embargo, la lectura de sus trabajos demuestra que generalmente es una crítica sacada de contexto, ya que él era un pluralista, y se valía de muchos recursos comunicativos para hacerse comprender... y disfrutar. Y este pluralismo o diversidad, que es quizás el mayor mérito de su trabajo, no se ve sólo reflejado en la forma, sino en el contenido, escribiendo sobre decenas de temas, aunque principalmente sobre teoría evolutiva, historia social, filosofía y otros estudios sobre ciencia, zoología, comentarios sociales, paleoeontología, e incluso sobre algunos de sus hobbies como el cine, el beisbol y la música.  Richard Milner lo homejanearía así: 


I write of cladistics – And baseball statistics – From dodos and mandrills – To
friezes and spandrels. . . I write Essays thematical – Always grammatical –
Asteroids, sesamoids – Pestilence tragical – Ratites, stalactites – And home runs
DiMaggical. . . I write of Cranial capacity – Owen’s mendacity – Huxley’s
audacity – Galton’s urbanity – FitzRoy’s insanity – How Ernest Haeckel,
without an apology – Faked illustrations about embryology.


( Yo escribo de cladística- Y estadísticas de beisbol- Desde dodos y mandriles-Hasta
frisos y enjutas...Escribo ensayos temáticos- Siempre gramáticos- Asteroides, sesamoides- Pestilencia trágica- Ratites. estalactitas- Y DiMaggicales homeruns....Escribo de capacidad cranial- De la mendacidad de Owen- De la audacidad de Huxley- De la urbanidad de Galton- De la locura de Fitzroy- De como Ernest Haeckel, sin una disculpa- Falsificó ilustraciones sobre embriología.)


Una de las cosas que más me gustan de sus ensayos , es que tienen generalmente un componente histórico , lo que los hace bastante interesantes y enriquecedores. Tiene por ejemplo un ensayo sobre por qué de las nueve personas que asistieron al funeral de Karl Marx (no es un error tipográfico, hubo 9 personas en el funeral de Marx), una de ellas era el pupilo predilecto de Charles Darwin para el año 1883, Edwin Ray Lancaster, siendo éste alguien con ideas conservadoras. Otro de mis ensayos favoritos explica la serie de casualidades históricas que debieron ocurrir para que Darwin terminase abordando el Beagle en 1831. De sus 300 ensayos, 220, el 73% tenía un elemento histórico significativo. Todo ésto ayuda a soportar la afirmación de Ronald Numbers sobre la importante influencia que Gould ejerció en la historia de la ciencia.

Otro de los aspectos atrayentes de su estilo era su capacidad para explicar aspectos generales de un tema partiendo de particularidades, de minucias. Por eso podemos leer maravillosos ensayos sobre el pulgar del panda (que es además el título de uno de sus libros más famosos), sobre algunos de los extraños fósiles del cámbrico, o sobre las inútiles tetillas masculinas de nuestra especie.

Podría decirse que una de las cosas que estuvieron presentes en la mayoría de sus reflexiones era la relación entre ciencia y cultura, que para Gould eran inseparables (en el buen sentido del asunto, claro), y por eso dedicó miles de páginas a dilucidar y mostrar su opinión sobre la relación de la ciencia con otros aspectos culturales como la religión, el arte, la historia y las humanidades en general. A este respecto, opino que cometió dos aciertos y un error. En primer lugar, me gustaría subrayar que siempre defendió que los científicos, al ser seres humanos inmersos en la sociedad, tenían evidentemente inclinaciones ideológicas y de esta manera nunca ocultó su "izquierdismo de centro", de hecho fundó junto a Richard Lewontin el movimiento Ciencia para el Pueblo que inició como un colectivo de científicos en oposición a la ocupación de Vietnam y que posteriormente se vio imbuido en el debate frente a la sociobiología mal aplicada a los humanos (Gould fue muy claro respecto al éxito parcial de la sociobiología) y a la psicología evolucionista. Esta posición, lo ha hecho acreedor en varias ocasiones de la acusación de dejar inmiscuir sus preferencias políticas en el plano científico, a lo que Gould respondió, creo yo, magistralmente:

Crecí en una familia que participaba en campañas de justicia social y participé en el movimiento de derechos civiles siendo estudiante a comienzos de la década de 1960, un tiempo de gran emoción y muchos logros. Los eruditos se cuidan a menudo de citar esos compromisos. [Pero] es peligroso para un erudito imaginar que pueda alcanzarse una neutralidad perfecta, porque entonces uno deja de estar alerta sobre sus preferencias personales e influencias y entonces puede caer víctima de prejuicios. La objetividad se debe definir operacionalmente como el trato equitativo a los datos, no a la ausencia de preferencia.

En esta medida, Gould se opuso siempre a la opresión cultural, criticando en sus ensayos las deformaciones de la ciencia para alentar particularismos como el racismo y el sexismo. Siendo aún un estudiante, organizó manifestaciones periódicas contra un salón de baile que se negaba a admitir negros. También fue un defensor del uso de marihuana medicinal, asistiendo incluso en 1998 a un juicio como testigo en el caso de un consumidor y activista pro cannabis canadiense.

Gould tampoco observó ninguna relación excluyente entre ciencia y arte, poniendo como ejemplo a Vladimir Nabokov, que además de ser novelista fue también taxónomo de mariposas. En un ensayo titulado con una frase del escritor ruso: "No hay ciencia sin imaginación, no hay arte sin hechos", nos da su opinión sobre la relación entre estos dos temas, argumentando que ambas pueden convivir sin ningún problema en el mismo individuo y mostrándonos de nuevo su inmensa sensibilidad artística.

Por otra parte, fue siempre un firme crítico del creacionismo y del diseño inteligente, asistiendo al juicio de Arkansas en 1981 y defendiendo la separación entre iglesia y estado. Participando al inicio en debates con creacionistas y rechazando luego estas ofertas - en una carta conjunta con Richard Dawkins- al opinar que sus contrarios no buscaban ganar el debate con argumentos sino que simplemente querían aprovechar dicho espacios para obtener "el oxígeno de la respetabilidad". Una anécdota narrado por el filósofo de la ciencia italiano Telmo Pievani en su fantabuloso libro "Creación sin Dios" nos muestra el carácter crítico de Gould ante las supuestas "alternativas científicas" a la biología evolutiva:  Un grupo de científicos que dicen apoyar   el diseño inteligente firman una carta  y la envían a la asociación de ciencia más importante de Estados Unidos, la respuesta que recibieron fue otra carta firmada por muchos más científicos que además cumplían con dos condiciones: formación doc o postdoctoral en biología evolutiva y, como homenaje a Gould, todos se llamaban Stephen.

 Sin embargo en su libro Ciencia vs Religión Un falso conflicto, argumenta que la ciencia y la religión pertenecen a magisterios no superpuestos, es decir, a aspectos de la vida humana que no versan sobre las cosas del otro. Este libro mereció también las críticas de Dawkins, que en este caso comparto plenamente, ya que la visión de Gould pasa por alto el hecho de que muchas religiones están construidas sobre dogmas que versan sobre el mundo real y que por tanto la religión interviene en el supuesto ámbito ("magisterio") único de la ciencia.


Los invito entonces, sobretodo a los interesados en biología evolutiva y en historia de la ciencia, a conocer su obra. Siempre encontrarán apuntes divertidos, anécdotas históricas o seres curiosos que luego los ilustrarán sobre un concepto relativamente general. Su prosa es amigable, iluminadora, y abierta siempre a nuevas opiniones y maneras de ver las cosas. Yo, por mi parte, seguiré disfrutándolo.

jueves, 17 de mayo de 2012

Presentación


Mi nombre es Edwin Alejandro Hurtado y soy un estudiante de biología que está (por fin) asintóticamente seguro de su carrera. Yendo por ahí, entre libro, bosque y página web, he encontrado las cosas que me han hecho elegir este camino y que me animan, con las modificaciones del caso, a seguir adelante.  Sin embargo, no sólo estoy interesado en la biología, sino en la ciencia en general, la cual es la herramienta que además de que nos permite acercarnos al conocimiento de la realidad,  nos brinda la potencialidad para transformarla según nuestras necesidades y requerimientos. Tengo también un interés particular por su historia y su filosofía.

 Soy  un admirador de algunas creaciones de nuestra especie, entre las que se encuentran la filosofía,la política,la ciencia y el arte- incluyendo esa magnífica forma de literatura moderna que llamamos divulgación científica- así como un crítico intermitente de las aberraciones y distorsiones de las anteriores, y de las demás creaciones humanas que entorpecen consciente o inconscientemente nuestro bienestar.

Como un  humano cualquiera, me veo a diario afectado por infinidad de problemas, además de permeado por los problemas de la humanidad en general, situación que no es para nada extraña en un mundo globalizado como el actual. Y también, entonces, me veo metido en el embrollo perenne de querer darle solución a dichos obstáculos, por lo que soy testigo y/o partícipe de todas las alternativas, ya sean teóricas y/o prácticas, que intentan enfrentar estos problemas. Por lo anterior, me veo obligado a ser un crítico o entusiasta de éstas.

Soy ateo, tanto en el sentido filosófico (no existen evidencias que puedan sostener tal creencia, lo mismo que le pasa a los unicornios) como en el sentido práctico (vivo "dichoso" sin guías morales autoimpuestas-auto, en el mejor de los casos-), y como suele ocurrir, antes me definía como agnóstico, cosa que en sentido estricto- como dice Dawkins- todos lo somos, aunque resaltando también que este tipo de agnósticos somos también ateos al vivir "sin dios", tal y como la etimología  manda. Apoyo decidida y convencidamente la separación entre iglesia y estado, y debe darse un debate alrededor de la injerencia de los factores y grupos religiosos en las leyes y políticas estatales. Considero sin fundamento el lugar común "¿Por qué los ateos sólo hablan de Dios?", como si se tratase de una simple disquisición filosófica, ocultando así todo lo que hay tras el debate: el daño que las religiones le han causado y le siguen causando a la humanidad, y su evidente influencia injustificada, en diferentes modos alrededor del mundo,en las políticas que rigen sociedades pretendidamente laicas.

No sobra decir qué también aborrezco el relativismo cultural, y no entiendo cómo hace la gente para vivir en semejante mar de contradicciones.Y como las personas que suscriben a cualquiera de sus manifestaciones suelen participar activamente en política y por tanto tienen una influencia en la regulación de la sociedad; considero evidentemente oportuno su crítica y debate. No conozco, sin embargo, la primera crítica antioccidentalista, antimodernista, antirracionalista, que me convenza, y la mayoría de las que conozco no superan la confusión,  las falacias lógicas, ni el abandono de la razón que se da, entre otras cosas, por la incapacidad para desprenderse de ideologías asfixiantes . En política, si suponemos que nuestro fin es el bienestar común, deberíamos considerar la razón como un "imperativo moral": la mejor manera de hacer bien las cosas es conociendo bien las situaciones-la realidad- para poder buscarle y quizá  encontrarle una solución. Por lo anterior, considero urgente la creación de espacios que nos permitan buscar maneras de resolver los problemas que nos aquejan, en los distintos niveles geográficos y de asociación, y toda propuesta encaminada hacia este debate, es, en principio, bienvenida.

Por otra parte, siempre me ha desagradado la idea simplista y corriente que tacha a la ciencia de "deshumanizadora", "destructora de belleza" o cualquier otro adjetivo similar, y considero, por tanto, que no hay  ninguna relación excluyente entre ciencia y arte, o entre ciencia y humanidades, y que hay innumerables ejemplos de ello por ser divulgados y conocidos. 

Este espacio, es entonces un intento por comunicar reflexiones  respecto a todos estos temas, comentarios de reflexiones que leo,  sugerencias, ideas, apuntes. Es obviamente un espacio bidireccional, y espero continuar siendo un receptor activo  de las ideas y herramientas que me quieran aportar,cuestión que se me antoja de suma relevancia ya que he situado el verbo "aprender" en el podio de mis objetivos.

Por supuesto, es también un espacio abierto para el debate, de ahí el nombre. Y claro, también por los búhos, y por el ágora, y porque mi noctambulismo me obliga....