A grandes rasgos,la ley permitiría que los uruguayos mayores de edad hicieran parte de cualquier eslabón de la cadena (lo que corta de raíz las aspiraciones de muchos de irse para allá) de diversas maneras:
- Autocultivo: Cada ciudadano podría cultivar hasta 6 plantas y cosechar unos 480 gramos al año.
- Clubes de cannabis: con un número de socios entre 15 y 45 y no más de 99 plantas por club.
- Farmacias: todos los uruguayos mayores de 18 años podrán comprar un máximo de 40 gramos por mes, lo cual también es el límite de la tenencia personal.
Cabe recordar, que bajo cualquiera de las modalidades mencionadas anteriormente, el consumidor y/o cultivador debe estar registrado en la base de datos de un instituto nacional creado para dar cumplimiento a esta ley: el Instituto de Regulación y Control del Cannabis ( IRCCA), que dependerá del ministerio de salud.

1. El control estatal: muchos no hemos visto con muy buenos ojos que absolutamente todo lo relacionado con la marihuana deba ser controlado estatalmente, y lo hacemos bajo el argumento de los derechos al libre desarrollo de la personalidad y a la privacidad. Nos cuesta entender por qué, sino hacemos per se daño a nadie, e incluso el daño que nos hacemos a nosotros mismos es inocuo comparado con algunas sustancias legales, deberíamos los consumidores inscribinos en una base de datos que teniendo en cuenta los prejuicios sostenidos incluso por el mismísimo presidente Mujica podrían terminar siendo usados en asuntos menos nobles. El austero tupamaro parece preferir el orden y la decencia moral a la libertad, y solo porque su visión de la planta está también cargada de prejuicios. Sin embargo, todavía existimos los que abogamos por la libertad, y los que pensamos que el estado no debería convertirse en un monstruo paternalista sino que, simplemente, debería educar a sus ciudadanos para que teniendo una buena información al alcance de su mano, tomen, por sí mismos, las decisiones que les parezcan. Esta posición es defendida por eminentes expertos mundiales en el tema como Thomas Zsasz y el genial Antonio Escohotado.
2. El presidente Mujica nunca ha dejado de referirse al cannabis como "plaga", lo que va en contravía incluso de lo que el concepto griego de "pharmakon" implicaba: la dualidad de las drogas, es decir, su capacidad para ser a la vez antídoto y veneno. En vez de esta sensata visión, el "progresista" austral no reconoce ni siquiera uno de los muchos aspectos positivos de la ganjah, tanto en el campo industrial, como médico y recreativo. En este sentido, Mujica mantiene los prejuicios que se ciernen sobre los consumidores y podría contribuir con otro vicio moderno de los estados paternalistas: tratar a todo consumidor como enfermo y no como delincuente. Para algunos, esto se considera un paso adelante, pero para otros es solo otra mentira que podría y ha llevado a algunos malos entendidos. El hecho de que el popular político no pueda ver estos aspectos lo hace parecer ante mis ojos más como un abuelo prejuicioso y regañón - aunque no militarista- que como un progresista libertario.
De lo anterior también se desprende otro miedo, y es el temor a que algunas empresas como las de Soros o Rockefeller, se adueñen del mercado y creen un nuevo mono u oligopolio, es decir, pasaríamos de tener un oligopolio ilegal a uno legal Esto tendría varias consecuencias positivas, como que la salubridad estaría garantizada como con cualquier otro producto legal, el mercado estaría mejor controlado, los narcos típicos no obtendrían beneficio y los consumidores no tendrían que acudir a personajes y lugares turbios para obtener su placer o su tranquilidad, y, obviamente, traería los perjucios que trae cualquier monopolio.
Estos son algunos de los temas que ya han desatado algunas polémicas tanto en Uruguay como alrededor del mundo, sin embargo, no quiero decir que sean las únicas cuestiones discutibles, tan solo quiero hacer un llamado para no sacralizar las ideas políticas vengan de donde vengan, y a analizar con sentido crítico las diferentes opciones que tenemos tanto en este como en otros aspectos de nuestras vidas.