domingo, 27 de mayo de 2012

Javier Krahe, cerca de la "hoguera".

Javier Krahe es un genial cantautor español muy poco reconocido en América Latina a pesar de haber  grabado el álbum  "La Mandrágora" con el relativamente afamado y genial Joaquín Sabina (que en aquella época, entre finales de los 70's e inicios de los 80's era poco más que un desconocido).
Pues resulta que Krahe será juzgado hoy por un supuesto delito contra los sentimientos religiosos, imaginense, existen ese tipo de delitos. Quien demanda, el centro Tomas Moro- que tiene el laicismo en los talones- asume que es una afrenta contra la libertad religiosa, como si existiese el derecho a no ser ofendido, y como si además, la Iglesia católica no nos ofendiese durante cada segundo de su existencia. El problema se originó por este video que Krahe realizó en 1978 y que fue emitido en el 2004 por el Canal Plus:




Espero que salga ileso de este juicio y que como piensa la defensa de  la productora, este sea el último juicio por motivos religiosos que se celebre en España, no digo que en el mundo para no pecar de cándido. Sería bueno, que como él, más personas prefirieran "caminar con una duda, que con un mal axioma". 
Los dejo con su encantadora ironía. Ojalá y logre alejarse de la hoguera:

Es un asunto muy delicado
el de la pena capital,
porque además del condenado,
juega el gusto de cada cual.
Empalamiento, lapidamiento,
inmersión, crucifixión,
desuello, descuartizamiento,
todas son dignas de admiración.

Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.

Sé que han probado su eficacia
los cartuchos del pelotón;
la guinda del tiro de gracia
es exclusiva del paredón.
La guillotina, por supuesto,
posee el chic de lo francés,
la cabeza que cae en el cesto,
ojos y lengua de través.

Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.

No tengo elogios suficientes
para la cámara de gas,
que para grandes contingentes
ha demostrado ser el as.
Ni negaré que el balanceo
de la horca un hallazgo es,
ni lo que se estira el reo
cuando lo lastran por los pies.

Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera.

Sacudir con corriente alterna
reconozco que no está mal:
la silla eléctrica es moderna,
americana, funcional.
Y sé que iba de maravilla
nuestro castizo garrote vil
par ajustarle la golilla
al pescuezo más incivil.

Pero dejadme, ay, que yo prefiera
la hoguera, la hoguera, la hoguera.
La hoguera tiene qué sé yo
que sólo lo tiene la hoguera. 

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